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September 22, 2014

KICK-ASS 3 - Millar & Romita Jr.

Kick-Ass feels frustrated for his constant failures, and the laziness and apathy of some of his teammates. Finally, he decides to exile the fat man who had moved into Hit-Girl’s secret HQ and turned it into his home. But this causes a schism between the ranks of Justice Forever. As they all say, this is their own Civil War (a clever reference to Mark Millar’s Marvel event in which superheroes fight against each other). 

Irony is a fundamental ingredient in Millar’s Kick-Ass, and while Dave Lizewski is sewing his costume his friend Todd is having sex with a former high school teacher; in this case a woman that inspired many of Dave’s masturbatory –and marathonic– sessions (as seen in the pages of the comic as well as in the opening scenes of the first movie). Affirming that Kick-Ass is trapped in a pathetic life would be an understatement. Not only is he trapped but he’s also forced to hear the constant shouts of ecstasy that come from the adjacent bedroom. I can’t think of anything worse than a case of blue balls aggravated by the proximity of very loud sexual activity.
Dave & Valerie

Eventually Kick-Ass finds in a girl named Valerie a possible love interest. They go out on a few dates and Dave, subjugated by his horniness forgets everything he learnt under Hit-Girl’s training and decides to get intimate with Valerie. There is a deliciously awkward moment in which Dave tries to get under the girl’s skirt and she tells him to take it slow. He stops altogether and Valerie explains that ‘slow’ doesn’t mean ‘stop’.

And suddenly Dave’s personal big bang is about to happen. And the sexual explosion destroys everything he knew or thought he knew about himself. In the following days, Dave stops wearing his Kick-Ass costume, he misses the reunions with the members of Justice Forever, he stays indoors instead of going out and patrolling the streets. In short, he says goodbye to his life as Kick-Ass. And he couldn’t be happier about that. After all, he’s getting plenty of sex.  

His days as a chronic masturbator are over, and now with all the vigor of youth, Dave achieves some remarkable feats, such as ejaculating 7 times in the same day. And it’s all thanks to the insatiable Valerie. This is not only a clever plot twist but also a much needed revision of the topic of the superhero’s weakness. For some it is kryptonite, for others it may be the color yellow, for Dave is a wet pussy. But then again, isn’t that a weakness shared by millions of men?

In one short and hilarious dialogue, Millar gives a rather accurate diagnosis on superheroes. Why do they spend their lives dressing up and punching the hell out of delinquents? Like Valerie says “Maybe it was all just sexual repression and your energy is used elsewhere these days”. For the first time in his life, Dave is happy. Like Freud said once, neurosis is a consequence of sexual repression. And if every superhero in the world should follow Dave’s example, their mental problems would be solved at once. 
Dave forgets about his life as Kick-Ass /
Dave se olvida de su vida como Kick-Ass

After sinking into the lowest pit of pathetism, Chris Genovese once again rises. And in one of Millar’s most unexpected and, at the same time, most fascinating plot twists, he finds the way to rescue Hit-Girl –a task not even Kick-Ass managed to accomplish– and, in the process, he redeems himself. What happens after the rescue, of course, is as inevitable as it is sad. 

I must admit that, as I got closer to the final pages, I experienced an unprecedented level of emotion. There are many moments of tenderness, for instance, when Dave hugs Mindy, in a fraternal embrace, just before the most dangerous battle of their young lives. Hit-Girl fights against the mob, while Kick-Ass rescues his friend Todd. I won’t say who lives or dies, as the surprise of discovering it pertains to the reader. Suffice to say, I was deeply moved by the final sequences. I am genuinely happy to have been a part of Millar’s proposal, to have been lucky enough to follow Kick-Ass adventures since almost the beginning.

After 8 years, it’s hard to explain how excited I was to read the grand finale. It isn’t easy to create a new character and turning him into the most fascinating hero of the decade. And yet, I’d venture to say that Millar succeeded in doing it. He took Dave Lizewski, nerd kid, comic book reader, and turned him into someone real, someone who actually grows up as we read the comic, and the same happens with Mindy. From 2006 to 2014, Dave and Mindy change and through their journey they change us. That is perhaps the highest accomplishment a writer can wish for. 

To read more about Kick-Ass 2, please click here and here.
To read more about Kick-Ass vol. 1, please click here and here.
To read more about Hit-Girl, please click here.
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Kick-Ass se siente frustrado por sus constantes fracasos, y por la pereza y la apatía de algunos de sus colegas. Finalmente, decide exiliar al gordo que se ha mudado en el cuartel secreto de Hit-Girl para convertirlo en su residencia. Pero esto causa una ruptura en las filas de Justicia para siempre. Como todos dicen, esta es su propia Guerra Civil (una sagaz referencia al evento Marvel de Mark Millar en el que los superhéroes pelean entre sí). 
Kick-Ass & Hit-Girl

La ironía es un ingrediente fundamental en el "Kick-Ass" de Millar, y mientras Dave Lizewski está remendando su uniforme, su amigo Todd está teniendo sexo con una ex profesora de secundaria; en este caso, una mujer que inspiró muchas de las sesiones masturbatorias –y maratónicas– de Dave (tal como se ve en las páginas del cómic así como en las secuencias iniciales de la primera película). Afirmar que Kick-Ass está atrapado en una vida patética sería decir poco. Él no solamente está atrapado sino que también está obligado a escuchar los constantes gritos de éxtasis que vienen de la habitación contigua. No puedo pensar en algo peor que un caso de sequía sexual agravado por la proximidad de actividad sexual a todo volumen.
the final battle / la batalla final

Eventualmente Kick-Ass encuentra un posible interés amoroso en una chica llamada Valerie. Tienen varias citas y Dave, subyugado por la excitación olvida todo lo que aprendió durante su entrenamiento con Hit-Girl y decide tener intimidad con Valerie. Hay un momento deliciosamente incómodo en el que Dave intenta sacarle la falda a la chica y ella le dice que lo haga despacio. Él se detiene por completo y Valerie le explica que ‘despacio’ no significa ‘detenerse’.

Y repentinamente el big bang personal de Dave está a punto de suceder. Y la explosión sexual destruye todo lo que sabía o pensaba que sabía sobre sí mismo. En los días siguientes, Dave deja de usar su uniforme de Kick-Ass, se pierde las reuniones con los miembros de Justicia para siempre, se queda en casa en vez de salir y patrullar por las calles. En breve, le dice adiós a su vida como Kick-Ass. Y no podría estar más feliz por ello. Después de todo, está teniendo mucho sexo.

Sus días de masturbador crónico han terminado, y ahora con todo el vigor de la juventud, Dave realiza algunas admirables proezas, como eyacular 7 veces en un mismo día. Y es todo gracias a la insaciable Valerie. Este no solamente es un astuto giro argumental sino también un muy necesaria revisión al tópico de la debilidad del superhéroe. Para algunos es la kriptonita, para otros puede ser el color amarillo, para Dave es una vagina húmeda. Pero, claro está, ¿no es esa una debilidad compartida por millones de hombres?

En un corto e hilarante diálogo, Millar hace un diagnóstico bastante acertado sobre los superhéroes. ¿Por qué se pasan la vida disfrazados y moliendo a golpes a los delincuentes? Como dice Valerie “Quizás todo eso no era más que represión sexual, y tu energía es usada de otra forma en estos días”. Por primera vez en su vida, Dave es feliz. Como dijo Freud alguna vez, la neurosis es una consecuencia de la represión sexual. Y si todos los superhéroes del mundo empezaran a seguir el ejemplo de Dave, sus problemas mentales se solucionarían de inmediato. 

Después de hundirse en lo más profundo del patetismo, Chris Genovese se alza una vez más. Y en uno de los más inesperados y, al mismo tiempo, más fascinantes giros argumentales de Millar, él encuentra la manera de rescatar a Hit-Girl –una tarea que ni siquiera Kick-Ass logró cumplir– y, en el proceso, se redime a sí mismo. Lo que sucede después del rescate, por supuesto, es tan inevitable como triste.
Hit-Girl surprises the enemy / Hit-Girl sorprende al enemigo

Debo admitir que, mientras me acercaba a las páginas finales, experimenté un nivel de emoción sin precedentes. Hay muchos momentos de ternura, por ejemplo, cuando Dave abraza a Mindy, fraternalmente, justo antes de la más peligrosa batalla de sus jóvenes vidas. Hit-Girl pelea contra la mafia, mientras que Kick-Ass rescata a su amigo Todd. No diré quién vive o muere, ya que la sorpresa de descubrirlo pertenece al lector. Basta con decir que quedé muy conmovido con las secuencias finales. Estoy genuinamente feliz de haber sido parte de la propuesta de Millar, de haber tenido la suerte de seguir las aventuras de Kick-Ass casi desde el comienzo.

Tras 8 años, es difícil explicar lo emocionado que estaba por leer el gran final. No es fácil crear un nuevo personaje y convertirlo en el héroe más fascinante de la década. Y aun así, me aventuraría a decir que Millar ha tenido éxito al hacer justamente eso. Empezó con Dave Lizewski, un chiquillo nerd, un lector de cómics, y lo convirtió en alguien real, alguien que de hecho crece mientras leemos el cómic, y lo mismo pasa con Mindy. Desde el 2006 hasta el 2014, Dave y Mindy cambian y a través de su travesía nosotros también cambiamos. Tal vez ese es el mayor logro que un escritor podría desear.

Pueden leer más sobre Kick-Ass 2 haciendo click aquí y aquí.
Pueden leer más sobre Kick-Ass vol. 1 haciendo click aquí y aquí.

Pueden leer más sobre Hit-Girl haciendo click aquí.

September 17, 2014

KICK-ASS 3 - Mark Millar

Most writers spend entire decades mimicking the style of their predecessors, unable to come up with new ideas. Only a few seem to have what it takes to reenergize the medium, to resurrect our passion towards a genre that is so easily cluttered with trivial titles and meaningless sagas. With Kick-Ass, writer Mark Millar unleashed his creativity and unlocked his potential as an author that could succeed outside the big two.

This third and last volume begins with the tribulations of Kick-Ass and Hit-Girl, still recovering from recent events. Hit-Girl is in jail, waiting to be rescued. But when weeks turn into months she realizes that the incompetence of Kick-Ass and his improvised group of self-appointed “superheroes” is greater than she had imagined.
Life after high school / la vida después de la secundaria

Hit-Girl understands that, and she manages to hold her ground in jail, killing inmates or maiming them as she sees fit. There is one memorable scene in which a psychiatrist visits her. In a way, this is a parody of the classic mental games between an imprisoned dangerous criminal and a normal person. We’ve seen similar sequences in “The Silence of the Lambs” (Hannibal Lecter and agent Clarisse Sterling) and most especially in “Watchmen” (Rorschach and Dr. Malcolm Long). In fact, if we reread Alan Moore’s magnum opus, we’ll remember that Dr. Malcolm Long eventually starts suffering from mental fatigue and anxiety after his sessions with Rorschach; the same has already happened with Hit-Girl’s first two shrinks, but the new one seems to be more resilient. Still, the dialogue between the perfect assassin and a doctor with good intentions is priceless. 

Meanwhile, Hit-Girl’s old headquarter is now a playground for adults that behave like children. One of Dave’s associates decides to move in. He is a fat man, a useless masked adventurer, an even bigger loser than the rest of the gang. Sitting on his dirty laundry while playing video games all day long, it’s clear that neither he nor any other member of ‘Justice Forever’ will fight to get Mindy out of jail. 

If Dave Lizewski was the average high school loser at the beginning of the series, he’s now a mediocre young man, working in a fast food joint and sharing an apartment with his friend Todd. Dave is too self-absorbed in his own world. After the death of his father, he finds solace in the Kick-Ass persona, and he gets even more tangled than usual in the absurdity and ridiculousness of superhero conventions. He can’t even mourn his parents as a regular kid: “It’s also so much cooler when you’re brooding in a big, black coat. I tried this in my jeans last week but it all just looked so inappropriately casual”. Kick-Ass missions have now become even more futile and ludicrous than they ever were. But still, he keeps at it. He has to. There’s no normal life for him to get back to. 
Kick-Ass & Justice Forever

In fact, even the slightest sense of normalcy will become a much-coveted asset. Hit-Girl is in jail, Kick-Ass is trying to adapt to a life devoid of grandeur. And even Chris –AKA the Motherfucker, formerly known as the Red Mist– is recovering from the multiple injuries, lesions and fractures he suffered at the end of the second volume of Kick-Ass. He may not have a normal life, but the one who is suffering the most is Angie Genovese, his mom; and not because, as a mother, she’s supposed to be worried about her son’s wellbeing... In fact, she feels repulsed and disgusted. Her life is miserable, she’s often insulted for giving birth to a homicidal monster. Still the woman visits the young man daily in the hospital. There she hears Chris complaints. It wasn’t supposed to be like this, he says. He’s in pain and he knows his life has been ruined. But she’s also in pain and her life has been ruined as well. 

Mark Millar explores an aspect of the supervillain figure that has rarely been acknowledged: the impact that the villain has not on society or the hero community, but on those closer to him, in other words, his friends and family. Because while Chris selfishly whines about being prostrated in bed, or having his ass kicked by Kick-Ass, Angie Genovese is enraged: “You think this was MY PLAN. You think I grew you for nine months and fed you my milk just to watch you become a FIGURE of PUBLIC HATE? Your father only killed people for BUSINESS. You killed people for FUN”. 

After long months of planning, Kick-Ass decides to intimidate mafia leader Rocco Genovese by recreating a classic scene from “Batman: Year One”. His goal is to instill fear in the hearts of the mobsters (just like Batman did in the classic Frank Miller miniseries). Of course, he fails. And he fails miserably.  
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Todd is having fun, Dave isn't / Todd se divierte, pero Dave no

Muchos escritores pasan años imitando el estilo de sus predecesores, incapaces de aportar nuevas ideas. Sólo unos pocos parecen tener lo necesario para re-energizar el medio, para revivir nuestra pasión por un género que a menudo es estorbado por títulos triviales y sagas intrascendentes. Con Kick-Ass, el escritor Mark Millar desató su creatividad y liberó su potencial como un autor que podía tener éxito más allá de las grandes editoriales.

Este tercer y último volumen empieza con las tribulaciones de Kick-Ass y Hit-Girl, todavía recuperándose de eventos recientes. Hit-Girl está en la cárcel, esperando a ser rescatada. Pero cuando las semanas se convierten en meses, ella se da cuenta de que la incompetencia de Kick-Ass y su improvisado grupo de “superhéroes” voluntarios es mayor de lo imaginado. 

Hit-Girl entiende esto, y se las arregla para defenderse en prisión, matando reos o mutilándolos según considere conveniente. Hay una escena memorable en la que un psiquiatra la visita. En cierto modo, esta es una parodia de los clásicos juegos mentales entre un peligroso criminal apresado y una persona normal. Hemos vistos secuencias similares en “The Silence of the Lambs” (Hannibal Lecter y la agente Clarisse Sterling) y sobre todo en “Watchmen” (Rorschach y Dr. Malcolm Long). De hecho, si releemos el magnum opus de Alan Moore, recordaremos que el Dr. Malcolm Long eventualmente empieza a sufrir fatiga mental y ansiedad después de sus sesiones con Rorschach; lo mismo ha pasado con los primeros dos psiquiatras de Hit-Girl, pero el nuevo parece ser más resistente. Y sí, el dialogo entre la asesina perfecta y un doctor con buenas intenciones es de primera. 

Mientras tanto, el viejo cuartel general de Hit-Girl ahora es un patio de juegos para adultos que se comportan como niños. Uno de los colegas de Dave decide mudarse. Este es un hombre gordo, un aventurero enmascarado inútil, un perdedor de mayor calibre que el resto. Se sienta sobre su ropa sucia mientras juega videojuegos todo el día, es claro que ni él ni ningún otro miembro de ‘Justicia para siempre’ pelearán para sacar a Mindy de la cárcel.
Dave is about to get some / Dave está a punto de tener algo

Si es que Dave Lizewski era un perdedor promedio de secundaria al inicio de la serie, ahora es un joven mediocre, que trabaja en un fast food y comparte un departamento con su amigo Todd. Dave está demasiado absorbido en su propio mundo. Después de la muerte de su padre, encuentra solaz en la personalidad de Kick-Ass, y se enreda aún más de lo habitual en las absurdas y ridículas convenciones de los superhéroes. Ni siquiera puede estar de duelo por sus padres como un chiquillo normal. “También es mucho más genial cuando estás solemne en un gran abrigo negro. Lo intenté con jeans la semana pasado pero todo se veía tan inapropiadamente casual”. Las misiones de Kick-Ass se han vuelto aún más fútiles y ridículas. Pero aun así, él sigue en ello. Tiene que seguir en ello. No hay una vida normal a la que pueda regresar.

De hecho, incluso el más mínimo sentido de normalidad se convertirá en un bien muy deseado. Hit-Girl está en prisión, Kick-Ass intenta adaptarse a una vida desprovista de grandiosidad. E incluso Chris –Motherfucker, también conocido antes como Red Mist– se está recuperando de múltiples heridas, lesiones y fracturas sufridas al final del segundo volumen de Kick-Ass. Puede ser que él no ha tenido una vida normal, pero la que más está sufriendo es Angie Genovese, su mamá; y no porque, como madre, se supone que deba sentirse preocupada por el bienestar de su hijo... De hecho, ella siente repulsión y disgusto. Su vida es miserable, ella a menudo es insultada por parir a un monstruo homicida. Aun así, la mujer visita al joven a diario en el hospital. Allí, ella escucha las quejas de Chris. No se suponía que sería así, dice él. Tiene dolor y sabe que su vida ha sido arruinada. Pero ella también tiene dolor y su vida también está arruinada. 

Mark Millar explora un aspecto de la figura del villano que raramente ha sido reconocido: el impacto que el villano tiene no en la sociedad o en la comunidad heroica, sino en aquellos que le son cercanos, en otras palabras, sus amigos y familia. Porque cuando Chris se queja egoístamente mientras está postrado en cama, o se queja de haber sido derrotado por Kick-Ass, Angie Genovese está furiosa: “¿Crees que este era MI PLAN. Crees que te tuve por nueve meses y te di mi leche sólo para ver que te convertías en una FIGURA ODIADA PÚBLICAMENTE? Tu padre sólo mataba gente por NEGOCIOS. Tú mataste gente por DIVERSIÓN”. 
Sex changes everything / el sexo lo cambia todo

Después de largos meses de planeamiento, Kick-Ass decide intimidar al líder de la mafia Rocco Genovese, recreando la escena clásica de “Batman: Año Uno”. Su meta es infundir miedo en los corazones de los mafiosos (tal como hace Batman en la clásica miniserie de Frank Miller). Por supuesto, fracasa. Y fracasa miserablemente.