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July 16, 2019

Batman: Mask - Bryan Talbot

Since the beginning of this blog, I have talked about the most important British writers in the comics industry, but for some reason, at least until today, the list wasn't really complete. Because no list can be complete without the great Bryan Talbot, one of the most creative and innovative British authors. 

Like Alan Moore and Neil Gaiman, Talbot was a collaborator for 2000AD and then followed the steps of his predecessors and worked for DC Comics, before turning his attention to more experimental and personal projects, winning in the process every major award, including the Eisner (the Oscar of the comic book industry).

Although I've read some of Talbot's more original graphic novels, such as Alice in Sunderland, the first time I encountered his work was in a fascinating 2-issue arc for Legends of the Dark Knight. In those pages, Talbot proved to be an amazing artist and an extraordinary writer. Talbot's visual style pays homage to classic British artists like Brian Bolland while his writing style seems to combine Gaiman's oneiric sensibilities with Moore's wild imagination, and even a bit of Grant Morrison’s early deconstruction approach to superheroes. 

“Mask”, originally published in Batman: Legends of the Dark Knight # 39 and 40 (November and December 1992), has a pretty unique premise: “A decrepit Bruce Wayne lands in a detox ward of a Gotham City hospital where's he's forced to face the pathetic truth that his career as the Dark Knight was nothing but the delirious dream of a lifelong alcoholic”. Bruce Wayne wakes up in a hospital bed, and realizes he’s deeply malnourished, he has no muscular tone, and his breath stinks of alcohol. He fights and tries to escape, but he isn’t strong enough, and when a psychiatrist confronts him with the harsh reality, Bruce Wayne starts having doubts about his life as Batman: “I can perfectly understand why you have these delusions of being a millionaire by day and a costumed vigilante by night […] You never recovered from seeing your folks gunned down. And they left huge debts, you inherited nothing […] became an alcoholic”. 
Gotham City
Of course, this is very different from the Batman origin we’re all familiar with. Batman is defined by the murder of his parents when he is still a young boy. But what might have happened under different circumstances? If instead of training for years and using the family fortune to become the world’s greatest detective, what would’ve happened if this boy, this orphan, had no money, and no way of coping with the loss of his parents? Then surely becoming an alcoholic and wasting away his life wearing a badly sewn mask and worn off rubber gloves and trash plastic bags seems like something within the realm of possibility. 
Bruce Wayne: unmasked / Bruce Wayne: desenmascarado
The word ‘persona’, in Latin was directly connected to a theatrical mask and therefore to actors, and we all certainly act in society, in different ways, adopting different faces depending on the circumstances. Batman’s mask serves not only to cover his alter ego, but mainly to confer upon this man unparalleled strength. Many other writers have suggested that Bruce Wayne is merely a mask, and that what is real is Batman. But here the question is reversed. When Bruce Wayne puts on a mask “a different personality takes over. Powerful. Dominant”, but he’s still a real person, someone dealing with the trauma of losing his parents.
Trauma
With “Mask”, Talbot peels away all the unnecessary layers and gets to the core of the character. And through this fascinating psychological journey, the readers get to see Bruce Wayne / Batman under a new light, more human than ever, and also more vulnerable. Here Bruce Wayne has no access to any allies, any gadgets, any technology or any of the classic tricks we’ve all become used to. All he has is pain and the memory of a trauma that has never left him, and even in a weakened state, drugged and subjugated, he is absolutely sure of one thing: his parents were killed in front of him, and his life was never the same again. 

In the end, it all ends up being an elaborate scheme put together by an obsessed psychiatrist that, ironically, blames the Dark Knight for the death of his parents. During a fascinating nightmarish sequence masterfully illustrated by Talbot, the protagonist understands that he is Batman, he’s always been Batman, and nobody can take that away from him. Definitely one of my all-time favorite Batman stories!
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Desde el inicio de este blog, he hablado de los escritores británicos más importantes en la industria del cómic, pero por alguna razón, al menos hasta hoy, la lista no estaba realmente completa. Porque ninguna lista puede estar completa sin el gran Bryan Talbot, uno de los autores británicos más creativos e innovadores.
Catwoman
Al igual que Alan Moore y Neil Gaiman, Talbot fue un colaborador de 2000AD y luego siguió los pasos de sus predecesores y trabajó para DC Comics, antes de centrar su atención en proyectos más experimentales y personales, ganando en el proceso todos los premios principales, incluido el Eisner (el Oscar de la industria del cómic).

Aunque he leído algunas de las novelas gráficas más originales de Talbot, como “Alice in Sunderland”, la primera vez que encontré su trabajo fue en un fascinante arco argumental de 2 números para Legends of the Dark Knight. En esas páginas, Talbot demostró ser un artista asombroso y un escritor extraordinario. El estilo visual de Talbot rinde homenaje a los artistas británicos clásicos como Brian Bolland, mientras que su estilo de escritura parece combinar la sensibilidad onírica de Gaiman con la salvaje imaginación de Moore, e incluso un poco del enfoque temprano de deconstrucción de los superhéroes de Grant Morrison.
What is real and what isn't? / ¿Qué es real y qué no lo es?
“Máscara”, originalmente publicado en Batman: Legends of the Dark Knight # 39 y 40 (noviembre y diciembre de 1992), tiene una premisa bastante única: “un decrépito Bruce Wayne termina en una sala de desintoxicación de un hospital de Gotham City, donde se ve obligado a enfrentar la patética verdad de que su carrera como el Caballero Oscuro no fue más que el delirante sueño de un alcohólico”. Bruce Wayne se despierta en una cama de hospital y se da cuenta de que está profundamente desnutrido, no ha perdido su tono muscular y su aliento apesta a alcohol. Lucha y trata de escapar, pero no es lo suficientemente fuerte, y cuando un psiquiatra lo enfrenta con la dura realidad, Bruce Wayne comienza a tener dudas sobre su vida como Batman: “Puedo entender perfectamente por qué tienes estas ilusiones de ser un millonario de día y un vigilante disfrazado de noche [...] Nunca te recuperaste de ver a tus padres asesinados a tiros. Y dejaron enormes deudas, no heredaste nada […] te convertiste en un alcohólico”.

Por supuesto, esto es muy diferente del origen de Batman con el que todos estamos familiarizados. Batman es definido por el asesinato de sus padres cuando aún es un niño. Pero, ¿qué podría haber ocurrido en diferentes circunstancias? Si en lugar de entrenar durante años y usar la fortuna familiar para convertirse en el mejor detective del mundo, ¿qué hubiera pasado si este niño, este huérfano, no tuviera dinero y no pudiera afrontar la pérdida de sus padres? Entonces, seguramente convertirse en un alcohólico y desperdiciar su vida llevando una máscara mal cosida, guantes de goma y bolsas de plástico de basura parece algo más que posible.
The nightmare begins / la pesadilla comienza
La palabra “persona”, en latín, estaba directamente relacionada con una máscara teatral y, por lo tanto, con actores, y ciertamente todos actuamos en la sociedad, de diferentes maneras, adoptando diferentes caras según las circunstancias. La máscara de Batman sirve no sólo para ocultar su alter ego, sino principalmente para conferirle a este hombre una fuerza sin igual. Muchos otros escritores han sugerido que Bruce Wayne es simplemente una máscara, y que lo que es real es Batman. Pero aquí se invierte la pregunta. Cuando Bruce Wayne se pone una máscara, “una personalidad diferente se hace cargo. Es poderoso. Dominante”, pero sigue siendo una persona real, alguien que se enfrenta al trauma de perder a sus padres.
Mask / Máscara
Con “Máscara”, Talbot pela todas las capas innecesarias y llega al núcleo del personaje. Y a través de este fascinante viaje psicológico, los lectores pueden ver a Bruce Wayne / Batman bajo una nueva perspectiva, más humana que nunca y también más vulnerable. Aquí Bruce Wayne no tiene acceso a ningún aliado, ningún dispositivo, ninguna tecnología ni ninguno de los trucos clásicos a los que todos nos hemos acostumbrado. Todo lo que tiene es dolor y el recuerdo de un trauma que nunca lo ha dejado, e incluso en un estado debilitado, drogado y subyugado, está absolutamente seguro de una cosa: sus padres fueron asesinados frente a él, y su vida nunca más fue igual.

Al final, todo termina siendo un complicado plan de venganza de un psiquiatra obsesionado que, irónicamente, culpa al Caballero Oscuro por la muerte de sus padres. Durante una fascinante secuencia de pesadilla ilustrada magistralmente por Talbot, el protagonista entiende que él es Batman, que siempre ha sido Batman, y nadie puede quitarle esa parte de su vida. ¡Definitivamente una de mis historias favoritas de Batman!

October 22, 2018

Batman: Prey - Doug Moench & Paul Gulacy

One of the most fascinating aspects of the Batman mythos is the genesis of his crusade against crime. We all know that Thomas and Martha Wayne were murdered in front of an 8-year-old Bruce Wayne, a traumatic event that could never be forgotten or forgiven. But what does it mean, in psychological terms, to survive this kind of tragedy? That is precisely the question that Doug Moench intends to answer in Batman: Prey (published in Legends of the Dark Knight # 11-15, from September 1990 to February 1991).

As seen in Batman: Shaman, the Dark Knight is still establishing himself in Gotham. He has only been seen a few times and still remains in that limbo in which the difference between reality and urban legend is difficult to discern. It’s in this context that Captain James Gordon and psychiatrist Hugo Strange have a heated debate on a TV show. For Gordon, Batman “is actually good for morale. It doesn’t hurt, for some of the men, at least, to know we’re not out there on the street alone”, for Hugo Strange, on the contrary, the Caped Crusader is “obsessed with the night, with darkness. Perhaps obsessed with vengeance”.

Gotham’s mayor asks James Gordon to form a special task force in charge of arresting Batman, and to make things worse, Hugo Strange is appointed as a special consultant. There is an intense and subtle game of power, and thanks to Moench’s remarkable script, every character has a unique voice and a particular strength: Sargeant Max Cort is a fanatic, obsessed with bringing down Batman; Hugo Strange is a deeply disturbed individual whose unhealthy behavior is hidden under the mask of a respectable psychiatrist; Batman is a man who will keep on fighting even if that means he’ll fall in the hands of Cort and Strange; and James Gordon is the voice of reason and temperance, but at the same time is the only man willing to help Batman, even if that might cost him his career in the Gotham City Police Department.

For Batman, James Gordon is the only man who understands why he fights crime as an anonymous vigilante, but at the same time, Strange’s words are so sharp that inflict a deep wound within his psyche. Batman understands how dangerous a renowned psychiatrist like Strange can be: “He’s already turning the public against me… even Gordon is now questioning my motives and methods. And if I lose Gordon… it may all be over”.   

Moench also explores the complicated and often conflictive relationship between Batman and Catwoman, and in Prey, the writer also introduces a new element: Scourge, a third masked vigilante, as tough and as effective as Batman. There is an extraordinary sequence in which Batman has to fight in broad daylight, and he realizes how ineffectual he is out of his element: the night. One of the most haunting moments, however, takes place when Hugo Strange breaks down Bruce Wayne’s emotional barriers, not only mentally but physically. Strange invades Wayne’s manor, overpowers Alfred Pennyworth, and when Batman is weakened and bruised, attacks him mercilessly. In the end, the real battle plays out in Bruce Wayne’s mind, and his resilience is the only thing that (along with Alfred’s help) allows him to deal with his feelings.
Traumatic past / pasado traumático
Every cover and every page of Prey was illustrated by Paul Gulacy, who has always been an impressive artist, and in this 5-issue miniseries, his pencils shine with a unique elegance. Gulacy creates breathtakingly beautiful compositions, balancing light and shadows, with a clarity of line that very few artists are able to achieve. He excels at facial expressions, perspective, and above all, the graceful and delicate movement of his figures. Terry Austin is the extraordinary inker who complements Gulacy’s lines, together, they are the ideal artistic team. 
Wayne Manor / la mansión Wayne
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Uno de los aspectos más fascinantes del mito de Batman es la génesis de su cruzada contra el crimen. Todos sabemos que Thomas y Martha Wayne fueron asesinados frente a un Bruce Wayne de 8 años, un evento traumático que nunca podría olvidarse o perdonarse. Pero, ¿qué significa, en términos psicológicos, sobrevivir a este tipo de tragedia? Esa es precisamente la pregunta que Doug Moench intenta responder en Batman: Prey (publicado en Legends of the Dark Knight # 11-15, de setiembre de 1990 a febrero de 1991).
James Gordon
Como se ve eBatman: Shaman, el Caballero Oscuro todavía se está abriendo paso en Gotham. Sólo ha sido visto algunas veces y aún permanece en ese limbo en el que la diferencia entre la realidad y la leyenda urbana es difícil de discernir. Es en este contexto que el capitán James Gordon y el psiquiatra Hugo Strange tienen un acalorado debate en un programa de televisión. Para Gordon, Batman “en realidad es bueno para la moral. No perjudica a nadie, y para algunos de los hombres, al menos, es bueno saber que no estamos ahí en la calle solos”, para Hugo Strange, por el contrario, el hombre murciélago está “obsesionado con la noche, la oscuridad. Tal vez obsesionado con la venganza”.
Hugo Strange
El alcalde de Gotham le pide a James Gordon que forme una fuerza especial a cargo de arrestar a Batman, y para empeorar las cosas, Hugo Strange es nombrado asesor especial. Hay un juego de poder intenso y sutil, y gracias al notable guión de Moench, cada personaje tiene una voz única y una fuerza particular: el sargento Max Cort es un fanático, obsesionado con derrotar a Batman; Hugo Strange es un individuo profundamente perturbado cuyo comportamiento enfermizo se oculta bajo la fachada de un psiquiatra respetable; Batman es un hombre que seguirá luchando incluso si eso significa que caerá en manos de Cort y Strange; y James Gordon es la voz de la razón y la templanza, pero al mismo tiempo es el único dispuesto a ayudar a Batman, incluso si eso le puede costar su carrera en el Departamento de Policía de Gotham City.
Scourge
Para Batman, James Gordon es el único hombre que entiende por qué él lucha contra el crimen como un vigilante anónimo, pero al mismo tiempo, las palabras de Strange son tan agudas que infligen una herida profunda en su psique. Batman comprende cuán peligroso puede ser un psiquiatra de renombre como Strange: “Ya está volviendo al público en mi contra ... incluso Gordon está cuestionando mis motivos y mis métodos. Y si pierdo a Gordon ... todo llegará a su fin”.
Catwoman
Moench también explora la relación complicada y a menudo conflictiva entre Batman y Catwoman, y en Prey, el escritor también presenta un nuevo elemento: Scourge, un tercer vigilante enmascarado, tan duro y tan efectivo como Batman. Hay una extraordinaria secuencia en la que Batman debe combatir a plena luz del día y descubre lo ineficaz que puede ser al no estar amparado por su elemento: la noche. Sin embargo, uno de los momentos más inquietantes ocurre cuando Hugo Strange rompe las barreras emocionales de Bruce Wayne, no sólo mental sino físicamente. Strange invade la mansión Wayne, somete a Alfred Pennyworth, y cuando Batman está debilitado y malherido, lo ataca sin piedad. Al final, la verdadera batalla se desarrolla en la mente de Bruce Wayne, y su capacidad de recuperación es lo único que (junto con la ayuda de Alfred) le permite lidiar con sus sentimientos.
The mansion is under siege / la mansión está bajo asedio
Cada portada y cada página de Prey fue ilustrada por Paul Gulacy, quien siempre ha sido un artista impresionante, y en esta miniserie de 5 números, sus lápices brillan con una elegancia única. Gulacy crea composiciones de una belleza impresionante, equilibrando la luz y las sombras, con una claridad de línea que muy pocos artistas podrían lograr. Gulacy destaca por las expresiones faciales, la perspectiva y, sobre todo, el movimiento elegante y delicado de sus figuras. Terry Austin es el extraordinario entintador que complementa las líneas de Gulacy, juntos, son el equipo artístico ideal.

August 19, 2017

Batman: Gothic - Grant Morrison & Klaus Janson

After the critically acclaimed “Arkham Asylum”, Grant Morrison would return to Batman in “Gothic”, described as a “romance in five volumes”a. The first chapter, “Man without a shadow” (published in Legends of the Dark Knight # 6, April 1990), introduces a new antagonist while focusing on the ugliest side Batman’s city: “Gotham City is hell. We are all in hell. And I am the king of hell”, shouts an angry Batman. These are no empty words. Certainly, judging by the quasi-infernal illustrations concocted by the effervescent imagination of Klaus Janson, we would have to believe that every word uttered by the Caped Crusader is absolutely true.

In these pages, the Scottish writer surprises the reader with moments of insightful characterization and authentic character development. The most unforgettable sequences take place, for example, during the conversations between Bruce Wayne and his butler, Alfred Pennyworth. Bruce stays immobile, surrounded by clocks that have all stopped exactly at the same time, the hour of the demise of his father; and when he’s interrupted by Alfred he seems much more worried and troubled than usual. We are also made privy to Bruce’s nightmares (or “daymares” as Alfred calls them), in which he sees his father, still alive but horribly disfigured, mouthless and unable to speak to his son.

For Bruce Wayne, becoming Batman is the only alternative to silence the horror that lurks in his subconscious. However, he has never faced an enemy like Whisper before. This antagonist shares little resemblance with the usual colorful villains that Batman defeats on a daily basis. This mysterious and sinister man is hunting down his former colleagues and executing them in the most painful ways he can come up. 

Whispers seems to be completely psychotic but at the same time more dangerous than any other villain Batman has fought against. He’s doing such an exemplary job by eliminating his former colleagues that Gotham's mob families are forced to ask help to the Dark Knight himself. Janson excels in a splash page that shows the sky of Gotham and the mobsters’ improvised (and inverted) bat-signal. One of the criminals explains what happened: “twenty years ago we killed him. We had to kill him before he did it again [...] We killed him and he won't stay dead”. Whisper is truly the man without a shadow.

In “The Death Ship” (Legends of the Dark Knight # 7, May 1990) we see Bruce Wayne as a vulnerable individual, plagued by recurrent nightmares that remind him of his dead parents and his traumatic past. Not even the memories of his childhood are comforting, on the contrary they represent another landscape of fear.

Try as he may, Alfred is unable to calm Bruce down after he wakes up screaming. The scars of the past cannot be healed so easily. Bruce shares with Alfred a confession about his days as a student in a private school: “it was traditional to live in fear of bullying prefects. It was traditional to be beaten and humiliated and to fight off the advances of degenerate old teachers with doctorate degrees”.

Perhaps one of the most shocking flashbacks is the one that shows Bruce Wayne being beaten violently by Winchester, the school Headmaster. This particular scene, which depicts child abuse in a very explicit manner, it's a pivotal point of the narrative as it shows that traumatic experiences can and will haunt the lives of individuals for many years to come; much in the same way that Whisper, the man without a shadow, continues to inflict harm upon those who crossed him in the past.

“The Burning Nun” (Legends of the Dark Knight # 8, June 1990) exemplifies how a secret from the past can constantly reappear, albeit subconsciously. Surrounded by scandals Mr. Winchester was fired from the school. Years later, when Bruce Wayne tries to find out what happened, he has to face the reluctance of the new headmaster to address “certain old wounds”. However, after making a generous donation to the school, Bruce acquires enough information to successfully deduce that Mr. Winchester comes from Austria. 

After traveling to Europe, Batman visits the drowned monastery of Lake Dess. And experiences real fear for the first time in years. He also uncovers the secret history of Winchester, AKA Whisper, the man without a shadow; his real name was Manfred, and he was a monk 300 hundred years ago: “he became captivated by a certain novitiate -- a strange, melancholy youth named Conrad. In the boy Manfred recognized something of his own nature perhaps [···] the youth, it seemed, had been corrupted by the heretical belief that sin is the road to salvation”, seduced by the endless possibilities of sin, Manfred makes a pact with the Devil and he is granted three centuries of immortality.
the inverted sign / el signo invertido
In “The Hangman’s Tale” (Legends of the Dark Knight # 9, July 1990), Batman begins to understand Whisper’s plans “Dreams. Ghosts. Murdered children”, and architecture. Somehow everything is connected to Gotham's Cathedral. In a conversation with Alfred, Bruce remember when his father, Thomas Wayne, met Mr. Winchester and realized what kind of monster he was, immediately taking Bruce home. Twenty years later Whisper admits that he would have killed Bruce if he had remained at the school. He would've been his 8th victim. Surprised to see his old pupil again, Whisper mocks Batman by saying “you are still little more than a brutalized child for whom the world is all shadows and fear”. Here, Janson’s style fits perfectly the somber narrative proposed by Morrison: there are many heavy lines, brusque even; and ink stains that resemble blood but also fill in the atmosphere with a much needed sense of dread. 

“Walpurgisnacht” (Legends of the Dark Knight # 10, August  1990) marks the final confrontation between Whisper and the Dark Knight. How can one normal human being defeat an immortal creature? Batman knows that mere muscles are useless against Whisper, he must use all his intelligence and resources to outsmart him and stop the arcane ritual he is conducting in the cathedral. Morrison’s “Gothic” is shocking, fascinating and extremely dark… it’s no surprise that even today, after 27 years, it’s still considered one of the greatest Batman stories ever published.
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Después del rotundo éxito de “Arkham Asylum”, Grant Morrison regresaría a Batman en “Gothic”, descrito como un “romance en cinco volúmenes”. El primer capítulo, “El hombre sin sombra” (publicado en Legends of the Dark Knight # 6, abril de 1990), presenta a un nuevo antagonista, a la vez que se centra en el lado más desagradable de la ciudad de Batman: “La ciudad de Gotham es el infierno. Todos estamos en el infierno. Y yo soy el rey del infierno", grita un enojado Batman. Estas no son palabras vacías. Ciertamente, a juzgar por las ilustraciones casi infernales inventadas por la efervescente imaginación de Klaus Janson, tendríamos que creer que cada palabra pronunciada por el cruzado enmascarado es absolutamente cierta.
Bruce Wayne remembers the past / Bruce Wayne recuerda el pasado
En estas páginas, el escritor escocés sorprende al lector con momentos de aguda caracterización y genuino desarrollo de personajes. Las secuencias más inolvidables ocurren, por ejemplo, durante las conversaciones entre Bruce Wayne y su mayordomo, Alfred Pennyworth. Bruce permanece inmóvil, rodeado de relojes que se han detenido exactamente a la misma hora, la hora de la muerte de su padre; y cuando es interrumpido por Alfred parece estar mucho más preocupado y tenso que de costumbre. También estamos al tanto de las pesadillas de Bruce (o “terrores diurnos” como los llama Alfred), en las que ve a su padre, todavía vivo, pero horriblemente desfigurado, sin boca e incapaz de hablar con su hijo. 

Para Bruce Wayne, convertirse en Batman es la única alternativa para silenciar el horror que se esconde en su subconsciente. Sin embargo, nunca antes se ha enfrentado con un enemigo como Whisper. Este antagonista comparte pocas semejanzas con los habituales villanos coloridos que Batman derrota a diario. Este hombre misterioso y siniestro está cazando a sus antiguos colegas y ejecutándolos de la manera más dolorosa que puede imaginar.

Parece que Whisper es completamente psicótico, y al mismo tiempo es más peligroso que cualquier otro villano de Batman. Está haciendo un trabajo tan ejemplar al eliminar a sus antiguos colegas que las familias mafiosas de Gotham se ven obligadas a pedir ayuda al propio Caballero Oscuro. Janson sobresale en una página que muestra el cielo de Gotham y la señal de murciélago improvisada (e invertida) de los mafiosos. Uno de los criminales explica lo que sucedió: “Hace veinte años lo matamos. Tuvimos que matarlo antes de que lo hiciera nuevamente [...] Lo matamos y no se queda muerto”. Whisper es verdaderamente el hombre sin sombra.
Alfred & Batman
En “El barco de la muerte” (Legends of the Dark Knight # 7, mayo de 1990) vemos a Bruce Wayne como un individuo vulnerable, plagado de pesadillas recurrentes que le recuerdan a sus padres muertos y su traumático pasado. Ni siquiera los recuerdos de su infancia son reconfortantes, sino que representan otro paisaje para el pánico.

Alfred no puede calmar a Bruce después de que despierta gritando. Las cicatrices del pasado no pueden ser curadas tan fácilmente. Bruce comparte con Alfred una confesión acerca de sus días como estudiante en una escuela privada: “era tradicional vivir con miedo de los prefectos abusadores. Era tradicional ser golpeado y humillado y luchar contra los intentos de seducción de profesores viejos y degenerados con grados doctorales”.

Tal vez uno de los recuerdos más impactantes es aquel que muestra a Bruce Wayne siendo golpeado violentamente por Winchester, el director de la escuela. Esta escena en particular, que describe el abuso infantil de una manera muy explícita, es un punto fundamental de la narrativa, ya que muestra que las experiencias traumáticas pueden perseguir, y perseguirán, a los individuos durante muchos años; de la misma manera que Whisper, el hombre sin sombra, continúa infligiendo daño a aquellos que intentaron detenerlo en el pasado.
More victims / más víctimas
“La monja en llamas” (Legends of the Dark Knight # 8, junio de 1990) ejemplifica cómo un secreto del pasado puede reaparecer constantemente, aunque inconscientemente. Rodeado de escándalos, el Sr. Winchester fue despedido de la escuela. Años más tarde, cuando Bruce Wayne trata de averiguar lo que sucedió, tiene que enfrentarse a la renuencia del nuevo director para abordar “ciertas viejas heridas”. Sin embargo, después de hacer una generosa donación a la escuela, Bruce adquiere suficiente información para deducir con éxito que el Sr. Winchester proviene de Austria.

Después de viajar a Europa, Batman visita el monasterio inundado del lago Dess. Y experimenta miedo de verdad por primera vez en años. También descubre la historia secreta de Winchester, alias Whisper, el hombre sin sombra; su verdadero nombre era Manfred, y fue un monje hace 300 años: “él se dejó cautivar por cierto novicio - un jovencito extraño y melancólico llamado Conrad. En el muchacho, Manfred tal vez reconoció algo de su propia naturaleza [···] el joven, al parecer, había sido corrompido por la creencia herética de que el pecado es el camino a la salvación”, seducido por las infinitas posibilidades del pecado, Manfred hace un pacto con el Diablo y se le conceden tres siglos de inmortalidad.
The final trap / la trampa final

En “El relato del ahorcado” (Legends of the Dark Knight # 9, julio de 1990), Batman comienza a entender los planes de Whisper “Sueños. Fantasmas. Niños asesinados”, y la arquitectura. De alguna manera todo está conectado a la Catedral de Ciudad Gótica. En una conversación con Alfred, Bruce recuerda cuando su padre, Thomas Wayne, se reunió con el Sr. Winchester y constató qué clase de monstruo era, sacó a Bruce de ese colegio. Veinte años después Whisper admite que habría matado a Bruce si hubiera permanecido en la escuela. Habría sido su octava víctima. Sorprendido al ver a su antiguo alumno de nuevo, Whisper se burla de Batman diciéndole “todavía eres poco más que un niño maltratado para quien el mundo no es sino sombras y miedo”. Aquí, el estilo de Janson encaja perfectamente con la sombría narración propuesta por Morrison: hay muchas líneas pesadas, incluso bruscas; y manchas de tinta que se asemejan a la sangre, pero que también llenan la atmósfera con una apremiante sensación de miedo.

"Walpurgisnacht" (Legends of the Dark Knight # 10, agosto de 1990) marca la confrontación final entre Whisper y el Caballero Oscuro. ¿Cómo puede un ser humano normal derrotar a una criatura inmortal? Batman sabe que los músculos son inútiles contra Whisper, debe usar toda su inteligencia y sus recursos para ser más astuto que su contrincante y así detener el ritual arcano que está llevando a cabo en la catedral. “Gothic” de Morrison es sorprendente, fascinante y extremadamente oscura... no es ninguna sorpresa que aún hoy, después de 27 años, todavía sea considerada una de las mejores historias de Batman.

November 16, 2015

Batman: Shaman - Dennis O’Neil & Ed Hannigan

I wasn’t even born when legendary writer Dennis O’Neil introduced Ra’s Al Ghul as a worthy antagonist, or when he redefined Green Lantern and Green Arrow. Curiously, the very first O’Neil comic I read was issue 1 of “Batman: Sword of Azrael” in the 90s. Even 20 years after his first emblematic run on Batman, this veteran author was still creating brand new characters. I guess that’s the deal with truly creative people, they can still surprise us year after year, decade after decade. Obviously, I became an O’Neil fan right away. And I just had the need to find some of his earlier works.

So I decided to start with “Shaman” (published in Legends of the Dark Knight # 1-5, from November 1989 to March 1990), the inaugural arc of a new title that DC released to commemorate Batman’s 50th anniversary. Nowadays with dozens of Batman-related books on the shelves, it’s actually quite difficult to believe that back in the late 80s, there were only 2 titles: Detective Comics and Batman. Legends of the Dark Knight became the third ongoing series, and clearly DC made an extra effort in putting together the best creative teams for unique and memorable stand-alone arcs. And who could’ve been better suited than Dennis O’Neil to start the ball rolling?

Building upon the premises established by Frank Miller in “Batman: Year One”, O’Neil came up with a fascinating saga about a young and inexperienced Bruce Wayne. In the initial chapter, Bruce is still training to become the world’s greatest detective, and his quest takes him to Alaska. In a lonely mountain, Bruce Wayne fights against a dangerous adversary, and barely manages to escape: “It’s cold. Probably 30 below. Fifty, with the wind chill. I have no food, no matches, no radio or flares, and very little clothing. I’m somewhere in north Alaska. The nearest village is a day’s trek away. The storm will hit soon”.

There is a reason why we may connect with Batman better than with other superheroes. Although he is able to accomplish impossible feats, at the end of the day he’s nothing more than a human being. But he is the best we can ever hope to be. He has trained for years to master all fighting techniques, honing his abilities, perfecting both body and mind in the process. And his human capacity, taken to the extreme, is what we find so captivating. Against impossible odds, Batman will figure out a way to succeed. Or he will die trying. “Shaman” exemplifies this notion. Surviving in low temperatures without equipment becomes a tough challenge for Bruce Wayne. But he knows he cannot give up. He must keep walking. The cold is the enemy, and if he stops, even for a second, he’ll freeze to death. O’Neil describes Bruce Wayne’s agonizing march in such a manner that we can almost feel the drop in temperature. In the end, Bruce Wayne is rescued by a shaman and his daughter, he knows he owes them his life, but he’s still an immature young man who believes that giving money away will prove his gratitude. And that’s a mistake that triggers a dramatic sequence of events.

Bruce Wayne goes back to Gotham, and a couple of years later, he starts patrolling the streets at night as Batman. Of course, he’s assisted by Alfred Pennyworth; in the past he was simply a supporting character and now, in the hands of O’Neil, he’s a more complex and appealing co-protagonist. Alfred’s “sardonic wit” and British irony are now the most well-known personality traits of the most famous butler in comics’ history, and it’s all thanks to O’Neil. In subsequent chapters, a series of seemingly unrelated events start pointing out at a connection between Alaska, shamanism, pagan rites and a new adversary powerful enough to defeat Batman on their first confrontation. I don’t think it’s a good idea to spoil the ending, so I won’t get into details. But I will mention a couple of my favorite moments. The first one is Bruce Wayne’s return to Alaska, who discovers that the money he had given to the tribe through the Wayne Foundation has corrupted their way of living, turning the aborigines into alcoholics or drug-addicts; the saddest part is when Bruce finds the shaman that saved his life, and sees him performing cheap tricks for tourists and degrading himself for a bottle of liquor. That’s the kind of scene I don’t think we could ever get to see in a DC book nowadays, not because the editors wouldn’t allow it but mainly because our generation genuinely believes that all the problems in the world can be solved with money.
Bruce Wayne: the clothes maketh the man / Bruce Wayne: el traje lo es todo
Another extraordinary moment takes place when the shaman’s daughter explains Bruce Wayne that, to become who he really is, he does not have to wear a mask, he as to become the mask. That is the leitmotif throughout this arc. Batman isn’t a masked hero in a conventional manner, he doesn’t stop being Batman the minute he takes off his costume. He remains Batman, under all circumstances, always. The covers of these 5 issues, gorgeously illustrated by Ed Hannigan and George Pratt (with a great logo design by Dean Motter), certainly support this idea. The interior art is also spectacular, thanks to Ed Hannigan’s pencils and John Beatty’s inks; they’re both faithful to the groundbreaking style introduced by David Mazzucchelli in Year One and yet innovative in their own way. Hannigan’s “figures are a nice merging of realism and dynamic anatomy. His flair for layout is among the best in the business. The storytelling flows quickly and smoothly, combining beautiful establishing shots with intriguing, cinematic angles”, affirms Michael Christiansen, and I totally agree with him. O’Neil and Hannigan set a high standard for what would unquestionably become one of the best DC ongoing series.
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Yo ni siquiera había nacido cuando el legendario escritor Dennis O'Neil presentó por primera vez a Ra's Al Ghul como un digno antagonista, o cuando redefinió a Green Lantern y Green Arrow. Curiosamente, el primer comic de O'Neil que leí fue el número 1 de “Batman: la espada de Azrael” en los 90s. Incluso 20 años después de su emblemática etapa en Batman, este veterano autor seguía creando nuevos personajes. Supongo que ese es el asunto con las personas verdaderamente creativas, nos siguen sorprendiendo año tras año, década tras década. Obviamente, me convertí en un fan de O'Neil de inmediato. Y tuve la necesidad de encontrar algunos de sus trabajos previos.
The early years of Batman / los primeros años de Batman
Así que decidí comenzar con “Shaman” (publicado en Legends of the Dark Knight # 1-5, de noviembre de 1989 a marzo de 1990), el arco inaugural de un nuevo título que DC preparó para conmemorar el 50 aniversario de Batman. Hoy en día, con docenas de colecciones vinculadas con Batman, cuesta creer que a fines de los 80s sólo había 2 títulos: “Detective Comics” y “Batman”. “Legends of the Dark Knight” se convirtió en la tercera serie mensual, y claramente DC se esforzó en elegir a los mejores equipos creativos para estas nuevas y memorables sagas. ¿Y quién podría haber sido más adecuado que Dennis O'Neil para dar inicio a este proyecto?
Gotham
Apoyándose en las premisas establecidas por Frank Miller en “Batman: Año Uno”, O'Neil se centraría en un joven e inexperto Bruce Wayne. En el capítulo inicial, Bruce todavía está entrenando para convertirse en el mejor detective del mundo, y es así como llega a Alaska. En una montaña solitaria, Bruce Wayne lucha contra un peligroso adversario, y apenas logra escapar: “Hace frío. Probablemente 30 bajo cero. Cincuenta, con las ráfagas de viento gélido. No tengo comida, ni fósforos, ni radio, ni luz de bengala, y llevo muy poca ropa. Estoy en algún lugar en el norte de Alaska. El pueblo más cercano está a una caminata de un día de distancia. La tormenta llegará pronto”.
A powerful enemy / un poderoso enemigo

Conectamos con Batman mejor que con otros superhéroes por una razón: a pesar de que es capaz de lograr hazañas imposibles, al final del día no es más que un ser humano. Pero él es lo mejor que podríamos aspirar a ser. Él ha entrenado durante años para dominar todas las técnicas de lucha, perfeccionando sus habilidades, entrenando el cuerpo y la mente. Y su capacidad humana, llevada al extremo, es lo que encontramos tan cautivadora. Contra viento y marea, Batman encontrará la manera de triunfar. O morirá en el intento. “Shaman” ejemplifica esta noción. Sobrevivir a bajas temperaturas sin equipamiento alguno se convierte en un reto difícil para Bruce Wayne. Pero él sabe que no puede darse por vencido. Debe seguir caminando. El frío es el enemigo, y si se detiene, siquiera por un segundo, morirá congelado. O'Neil describe la marcha agonizante de Bruce Wayne de tal manera que casi podemos sentir el descenso de la temperatura. Al final, Bruce Wayne es rescatado por un chamán y su hija; él sabe que les debe la vida, pero sigue siendo un joven inmaduro que cree que al regalar dinero demostrará su gratitud. Y ese es un error que desencadena una dramática secuencia de eventos.

Bruce Wayne regresa a Gotham, y un par de años más tarde, en las noches, comienza a patrullar las calles como Batman. Por supuesto, es ayudado por Alfred Pennyworth; en el pasado, él era simplemente un personaje secundario y ahora, en manos de O'Neil, es un co-protagonista más complejo y encantador. El “ingenio sarcástico” de Alfred y su ironía inglesa son ahora los rasgos de personalidad más conocidos del mayordomo más respetado de los cómics, y es todo gracias a O'Neil. En los capítulos siguientes, una serie de eventos aparentemente no relacionados señalan una conexión entre Alaska, el chamanismo, los ritos paganos y un nuevo adversario lo suficientemente poderoso como para derrotar a Batman en su primer enfrentamiento. No creo que sea una buena idea revelar el desenlace, así que no entraré en detalles. Pero sí mencionaré un par de mis momentos favoritos. El primero es el retorno a Alaska; allí Bruce Wayne descubre que el dinero que donó a la tribu mediante la Fundación Wayne ha corrompido su modo de vida, convirtiendo a los aborígenes en alcohólicos o drogadictos; la parte más triste es cuando Bruce encuentra al chamán que le salvó la vida, y lo ve realizando trucos baratos para los turistas y degradándose a sí mismo por una botella de licor. Ese es el tipo de escena que no creo que podríamos llegar a ver en un cómic de DC hoy en día, no porque los editores lo impidiesen, sino sobre todo porque nuestra generación realmente cree que todos los problemas del mundo se pueden resolver con dinero.
the shaman mask / la máscara del chamán
Otro momento extraordinario tiene lugar cuando la hija del chamán le explica a Bruce Wayne que, para aceptarse a sí mismo, él no tiene que usar una máscara, él debe convertirse en la máscara. Ese es el hilo conductor de este arco. Batman no es un héroe enmascarado a la manera convencional, no deja de ser Batman al momento de quitarse el traje. Él sigue siendo Batman, bajo cualquier circunstancia, siempre. Las portadas de estos 5 ejemplares, magníficamente ilustradas por Ed Hannigan y George Pratt (con un logo diseñado por Dean Motter), sin duda dan sustento a esta idea. El arte interior también es espectacular, gracias a los lápices de Ed Hannigan y las tintas de John Beatty; ambos son fieles al estilo innovador introducido por David Mazzucchelli en “Año Uno”, y al mismo tiempo aportan un toque novedoso. “Las figuras de Hannigan son una buena combinación de realismo y anatomía dinámica. Su gusto por el diseño le da una gran ventaja en la industria. La narración fluye rápidamente y sin problemas, combinando bellas tomas panorámicas con ángulos cinematográficos intrigantes”, afirma Michael Christiansen, y estoy totalmente de acuerdo con él. O'Neil y Hannigan fijaron un alto estándar para lo que sería indudablemente una de las mejores series de DC.